Cada día estoy más feliz con este invento del patín. Las excursiones que estoy haciendo, la forma de hacerlo y los bosques que recorro, son cada vez más intensos y bonitos.
Pero.... la batería situada delante, sobre la rueda delantera, le daba cierta inestabilidad. Y, por tanto, estaba obligado a un cambio de emplazamiento.
La nueva situación resuelve, en parte, el problema anterior, si bien no totalmente, pues carga ostensiblemente el tren trasero. No obstante, la mejoría ha sido evidente, pudiendo trialear con mayor libertad.
También, aprovechando el desmontaje de todos los elementos para su limpieza y remodelación, conseguí, por fin, ponerle freno trasero, algo que desde la primera versión, en que llegué a utilizar un freno de disco, no había podido disfrutar.
Y ahora sí. Ahora puedo tirarme por cuestas sin riesgo de despeñarme. Total, que estoy más contento que ná. Ahhhhh!. Y también lleva guardabarros trasero. En breve el delantero y a por los siguientes modelos.