Bicicletas en Granada.

En un paseo de 4 horas, por Granada. Bueno, más bien, en un descanso obligado por avería.

Madrid en bici

Otero, llevada por su veterano dueño. Cruzando a pie un semáforo

Bici hasta en los balcones

Casco y esperando a semáforo verde.

Sistema antirrobo de asiento

Banco de taller. Trípode fotográfico adaptado

Trabajar agachado, con los  riñones al jerez, es un problema y llev

aba un tiempo intentado hacerme con uno, pero su precio, hoy, por hoy, resulta inalcanzable para mi bolsillo. Así que, buscando y rebuscando en mi mente, como solucionarlo, tuve una visión fotográfica, y así, recuperando viejos utensilios fotográficos, un trípode, dos garras y una llave fija, la 16/17, descabezadas, que une ambas garras, me ha proporcionado este, de momento, maravillosos banco, que me permite trabajar de pie.

Inaguración de la Máquina Fantástica. Prueba.

El día del Padre, jejeje, fue un gran día, muy parecido al día de los Reyes Magos.
Resumiendo mucho, tuve el morro de pedirle a mis hijos que, en la medida de sus posibilidades, invirtieran en esta "gran empresa" que, como taller privado de bicicletas, estoy empezando, con una sierra de cinta.
Y, mis sueños, se cumplieron. Por unas y otras razones (un gran amigo ferretero que me financia el "juguete"), la máquina ya está en mi poder, desde hace una semana, pero mi ya aburrido y pesado lumbago me ha impedido ponerme con ella.
Hoy, la fortuna ha vuelto a sonreirme, y mi hijo y su novia, se han puesto manos a la obra de montar el cacharrillo. No es que venga como los muebles de mitea, pero había que trabajar bastante en ella y yo no podía, por mis dolores y su peso.
Y ésta es la prueba de lo que va a venir después. Mi primera tablilla. La primera piedra de la fabricación  artesanal de piezas que nutrirá al Taller Privado de Bicicletas, entre otras cosas, lógicamente.

Mi primera "tablilla". Justo lo que necesito, entre otras cosas, para  los manillares y guardabarros.

Manillar de madera de pruebas 01.

Le doy vueltas a la resistencia de los manillares de madera, especialmente si, como este, tiene formas. Me refiero a que no es un cilindro y, además, corto, mucho más difícil de partir.
Un amigo carpintero, me ha dado un trozo de contrachapado del bueno y, sin preocuparme mucho por el detalle, ni los acabados, que no es el caso, he llegado a este objeto, con forma y tamaño de manillar.
Y, creerme, es duro, muy duro. No creo que parta, salvo en un accidente con fuerte y seco impacto.
Pero seguiremos con las pruebas. Y, si alguien tiene posibilidad de hacer un test de fuerza a la torsión y rotura, a un precio posible para mí, estoy dispuesto y deseoso de someterlo a él.